DE CUOTAS DE GÉNERO Y MAQUILLAJE

Una pastilla te puede quitar un dolor de cabeza pero no elimina la causa del mismo, de la misma manera cuando hablamos de igualdad de género las estadísticas dan cuenta de una situación, no de su causa. Es más, los números pueden resultar engañosos porque la igualdad numérica no siempre es indicativo de éxito. Cuando en un aforo hay una nula o ínfima representación de mujeres o de hombres los números muestran que hay un problema. Hasta ahí creo que la mayoría nos entendemos, los matices vienen con las matemáticas. Buscar a personas para hacer cuadrar los números es quedarse en la superficie, un apaño cortoplacista que por si solo no soluciona el origen de la situación e incluso puede resultar ofensivo. Creo que la mayoría querríamos que se valoraran nuestras capacidades y no nuestra condición de hombre o mujer.

Desafortunadamente las estrategias políticas no son amigas de proyectos a largo plazo porque más veces que menos el crédito se lo acaba llevando otro; sin embargo, unos buenos cimientos son lo que a la larga nos sostienen. La clave está en la educación a todos los niveles y en facilitar que niñas y niños desarrollen su potencial sin condicionamientos ni escollos.

A los ocho años me tragué mi timidez y pregunté al entrenador de fútbol de mi colegio si podía ir a entrenar. «El fútbol es cosa de chicos» me espetó. Poco le importó que esos mismos chicos me eligiesen la primera para sus partidos, eran mucho más listos que él, pero mi carrera futbolística quedó condenada a la hora del recreo. Ya en la veintena me quité la espinita jugando al rugby en Orense. Para chicas solamente había liguillas territoriales y por no tener no teníamos ni camisetas propias, jugábamos con la equipación de los chicos, eran los 90.

Si hoy hay ligas nacionales femeninas es porque en estos años se ha empezado a impulsar el deporte base, son el futuro. Hay que empoderarlos a ellos pero sobre todo a ellas porque los cargos de entrenadoras y directivas son anecdóticos y no solamente en el deporte. Insisto en que es una labor de educación, de crear y visibilizar a las referentes que se lo han ganado a pulso y no de cuadrar números a toda costa.

Es evidente que en la sociedad todavía falta mucha labor educativa por hacer, las niñas y mujeres estamos muy lejos de jugar en igualdad de condiciones pero tenemos que profundizar. No podemos quedarnos únicamente en que las cuentas salgan bien. Mientras tengamos que buscar a personas para hacer cuadrar los números algo falla. El problema se habrá resuelto el día en que las cuentas salgan solas, todo lo demás es maquillaje. Que conste que no hay nada malo en resaltar la belleza pero yo soy más de lucir arruga e ir con la cara lavada.


Cristina González Castro

  • Grado en Radioterapia y Oncología por la University of London
  • Grado en Ciencias del Deporte, la Salud y el Ejercicio por la University of Surrey
  • Posgrado en Psicología Positiva Aplicada y Psicología del Coaching por la University of East London

Los comentarios están cerrados.

Crea un sitio web o blog en WordPress.com

Subir ↑

A %d blogueros les gusta esto: