Una buena noche de sueño ayuda con la regeneración biológica actuando entre otros sobre la inflamación sistémica y el estrés oxidativo. Además contribuye a un buen estado mental y emocional.
En pacientes oncológicos, las alteraciones en los patrones de sueño son un efecto secundario relativamente frecuente. Hoy presento un par de estudios recientes en los que se analizaron los efectos de intervenciones de ejercicio físico en la calidad del sueño en pacientes oncológicos. Las intervenciones fueron muy dispares: ejercicio combinado a intervalos y baile.
En el primero1 se dividió a 90 pacientes de cáncer de próstata, mama y colorectal a una intervención de ejercicio interválico (n=60) o a cuidado habitual (n=30) durante 16 semanas. Las sesiones eran supervisadas, tres veces por semana y a una intensidad entre moderada y vigorosa combinando ejercicio aeróbico y de fuerza.
La intervención tuvo lugar una vez finalizados los tratamientos de quimioterapia y/o radioterapia. La adherencia fue del 92%, esto quiere decir que prácticamente todos y todas asistieron a todas las sesiones programadas. En cuanto a la tasa de retención fue del 100%, es decir, nadie abandonó la intervención.
Los resultados muestran que la intervención combinada de ejercicio aeróbico y de fuerza a intervalos mejoró significativamente la calidad del sueño comparados con el grupo de control.
El segundo estudio2, también publicado este mismo año, evaluó una intervención de baile. Participaron 176 mujeres con cáncer de mama y tratamiento de quimioterapia a quienes se dividió en grupo de control y de intervención. A las del grupo de baile primero se les proporcionaron 6 sesiones para instruirlas en los ejercicios de baile y después la intervención consistió en 16 semanas de práctica de forma autónoma.
Los resultados muestran mejoras no solamente en patrones de sueño sino también en niveles de fatiga y de depresión y estas mujeres reportaron una mayor calidad de vida que las del grupo de control.
En definitiva, estos dos estudios recientemente publicados emplearon dos intervenciones de ejercicio muy distintas pero ambas produjeron resultados positivos en la calidad del sueño en pacientes oncológicos. Es más, ambos estudios avalan el uso de este tipo de intervenciones en el cuidado habitual, tanto por su efectividad como por su alta aceptación. Este último punto no es de desdeñar ya que la mejor de las intervenciones no funciona si no se realiza. La utilidad del ejercicio físico queda patente a la hora de mejorar la calidad del sueño y se une así a otros beneficios tanto fisiológicos como psicosociales en supervivientes oncológicos. Esperemos que poco a poco su empleo desde el ámbito sanitario se vaya extendiendo como una medida de cuidado habitual en este grupo de población.
Referencias:
1Normann, A. J., Kang, D. W., Christopher, C. N., Norris, M. K., & Dieli-Conwright, C. M. (2022). Improved Sleep Quality Is Associated with Reduced Insulin Resistance in Cancer Survivors Undertaking Circuit, Interval-Based Exercise. Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention: a Publication of the American Association for Cancer Research, Cosponsored by the American Society of Preventive Oncology, 31(7), 1509-1510.
2Xiaole, H. E., Nam, N. M. S., CHOI, K. C., & Wei, S. W. K. (2022). Effects of a 16-week dance intervention on the symptom cluster of fatigue-sleep disturbance-depression and quality of Life among patients with breast cancer undergoing adjuvant chemotherapy: A randomized controlled trial. International Journal of Nursing Studies, 104317.
- Grado en Radioterapia y Oncología por la University of London
- Grado en Ciencias del Deporte, la Salud y el Ejercicio por la University of Surrey
- Posgrado en Psicología Positiva Aplicada y Psicología del Coaching por la University of East London
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