MARCHA NÓRDICA: PATRÓN MOTOR Y LESIONES

Sabemos que para nuestra salud musculo-esquelética es muy importante observar una buena higiene articular mientras nos ejercitamos. En marcha nórdica y mientras no existan patrones alterados, esto es algo que se puede lograr de forma más o menos sencilla manteniendo la naturalidad del movimiento. En este artículo te lo explico.

A pesar de que en muchas ocasiones se complica en exceso, la marcha nórdica es una actividad con una enorme similitud a la marcha humana, de la cual adquiere su patrón motor base. Es más, la marcha nórdica únicamente difiere en dos aspectos respecto de la caminata normal:

  1. En marcha nórdica empujamos a través de una correa. Esta resistencia evidentemente no existe cuando caminamos sin bastones
  2. En marcha nórdica vamos abriendo y cerrando las manos cosa que, claro está, no solemos hacer cuando caminamos sin bastones

Cierto es que el hecho de emplear unos bastones puede alterar el patrón natural de la marcha. La gran ventaja de este deporte es que el patrón motor utilizado es el mismo que el de la marcha humana y es que la marcha nórdica no es una actividad de mayor complejidad motora. En este sentido, un estudio(1) realizado por el grupo de trabajo de la Universidad de Verona, con la Dra. Pellegrini al frente, muestra cómo la marcha nórdica implica una mayor intensidad en la actividad muscular de la parte superior del cuerpo durante la fase del empuje activo a través del bastón. Sin embargo, el patrón de reclutamiento y coordinación musculares es el mismo que cuando caminamos de forma natural. Esto quiere decir que a mayor naturalidad durante la práctica de marcha nórdica menos probabilidades tendremos de incurrir en una mala higiene articular y por tanto en riesgo de lesión.

Sabemos también que la mejor medicina es una buena prevención, por lo tanto si podemos identificar las situaciones de potencial riesgo estaremos también en mejores condiciones de evitarlas. En marcha nórdica solemos adoptar posturas forzadas en distintos supuestos:

  • Cuando queremos aumentar la intensidad y/o la velocidad. En este caso pueden ayudar las instrucciones de un instructor o el video-análisis, así como la consciencia corporal del practicante.
  • Cuando se nos da la instrucción de adoptar una postura que es forzada. Aquí la profesionalidad de quien nos enseñe determinará si posee los conocimientos básicos de biomecánica necesarios para saber instruir en la técnica del manejo de los bastones sin alterar una correcta alineación articular.
  • Cuando perdemos la naturalidad por «miedo escénico» al sabernos observados. En caso de sesiones de aprendizaje, esto puede ser  aliviado en parte por el estilo y las dotes didácticas de quien nos instruya, en tanto en cuanto contribuyan a un estado mental relajado del alumnado. En el caso de un evento competitivo dependerá de la habilidad de el o la deportista para concentrarse en mantener una técnica segura y acorde con el reglamento establecido.

Como se puede observar he mencionado tanto factores externos (feedback de quien nos enseñe, sus conocimientos, estilo y didáctica, o el video-análisis) como internos (consciencia corporal del practicante). Vale la pena tenerlo en cuenta si queremos disfrutar de una práctica segura en marcha nórdica.

Referencias

  1. Pellegrini, B., Boccia, G., Zoppirolli, C., Rosa, R., Stella, F., Bortolan, L., … & Schena, F. (2018). Muscular and metabolic responses to different Nordic walking techniques, when style matters. PloS one13(4), e0195438.

Autora: Cristina González Castro

– Formando en marcha nórdica desde el 2006 –

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