Es una prueba diagnostica fundamental para valorar el estado físico y sirve para detectar patologías cardiacas descartando contraindicaciones a esfuerzos extremos y por otro lado proporciona información útil para planificar correctamente el entrenamiento y así mejorar el rendimiento deportivo.
En este sentido la prueba de esfuerzo nos dará información acerca del consumo máximo de oxígeno (VOmáx), dato útil para saber cuál es el nivel de resistencia del competidor/a. Asimismo, la frecuencia cardíaca máxima nos permitirá determinar los umbrales aeróbico y anaeróbico y podremos calcular el porcentaje de pulsaciones necesarias en las distintas zonas de entrenamiento.
Esta prueba suele realizarse en tapiz rodante o en bicicleta estática mientras se monitoriza el ritmo del corazón y la presión arterial. La prueba se inicia de forma suave incrementándose la intensidad de forma progresiva cada tres minutos hasta llegar al esfuerzo máximo.
Prueba fundamental, junto con el análisis de biomecánica, para quienes quieran ejercitarse de forma segura y mejorar su rendimiento.
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